lunes, 6 de diciembre de 2010

CAMBIO TECNICO Y SOCIAL EN LA MINERIA

El texto está organizado en tres partes. En la primera se describen
los tipos de encadenamientos productivos que se dan en la industria y
en actividades de exportación. En la segunda se presenta una síntesis
de la evidencia que existe acerca de la modernización tecnológica, entendida
como introducción de nuevas tecnologías y reorganización de
los procesos productivos. En la tercera se analiza el tema de la gestión
de los recursos humanos y la capacitación. Las conclusiones retoman
las formas de articulación que se dan entre los encadenamientos productivos,
los procesos de cambio tecnológico y las calificaciones. Pero
antes de entrar en dichos temas conviene presentar en forma resumida
cuáles fueron los ejes de la transformación productiva experimentada
por la economía chilena desde la década del ochenta.
Se modificó la estructura industrial: Durante la década del ochenta
el sector industrial chileno vivió un proceso de ajuste como consecuencia
de la apertura comercial y de los planes de estabilización iniciados
a mediados de los años setenta. Dicho proceso dio lugar a proyecciones
contradictorias: por un lado, las que anunciaron un proceso de
desindustrialización, y por otro, las que esperaban una rápida modernización
del sector. Según estudios recientes la evolución de la industria, vista en el largo plazo, no confirmó ninguna de las dos. Hubo fases
de desarticulación y de rearticulación, para terminar en una clara estructuración
productiva de orientación exportadora.
Aumentó el número de empresas: El éxito en la aplicación de las
reformas macroeconómicas oscureció las asimetrías existentes en el tejido
productivo y en el territorio. El sistema productivo chileno muestra
las huellas de un crecimiento rápido, pero desigual. Entre 1990 y 1992 el
número de empresas aumentó, con una creación neta de 39.000 unidades
en dos años. La estructura relativa de los establecimientos según
tamaño, participación en el empleo y en las exportaciones refleja una
situación de extrema polarización (cuadro 1): mientras la microempresa
y la PYME constituyen el grueso de la oferta de empleo, un puñado de
las grandes aseguran más del 90 por ciento de las exportaciones del
país.
 : El sector industrial se
Se racionalizaron los sistemas productivos
reestructuró y supo adaptarse a las nuevas condiciones post-ajuste, pero
lo hizo mediante un bajo grado de innovación tecnológica. Agacino y
Rivas (1995) hablan de una «modernización espuria» en cuanto los industriales
manejaron sucesivamente estrategias de racionalización con
reducción de empleo hasta la crisis de 1982 y luego recurrieron al uso
extensivo de mano de obra con disminución de las remuneraciones (hasta
1989-1990). El resultado fue un proceso muy parcial de modernización
tecnológica, dado que no se produjo una sustancial modificación de la
base técnica de la producción. El crecimiento de la producción industrial
se logró mediante aumento de la subcontratación y bajos costos
laborales.

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